miércoles

El Lobo Giannini y su banda, tocan en Neuquén!

Este viernes 1 de octubre pasada la medianoche Gustavo Giannini Quinteto se presenta en el bar de elordi 149 de la ciudad de Neuquén con entrada libre y gratuita. Este es el proyecto solista de este bajista de General Roca. Lo acompañan Juampi Bergese en trompeta, Pablo de la Fuente en saxo, Diego de la Vega en batería y Robert García en guitarra. La banda practica una fusión instrumental en donde predominan estilos como el funk y la música disco.
Cita I-m-p-e-r-d-i-b-l-e para los amantes de la buena música.-
Allí estaremos!!!


martes

Herbert Jeffrey Hancock (Chicago, 12 de abril de 1940), conocido como Herbie Hancock, es un pianista, teclista y compositor estadounidense de jazz. Excepto free jazz, ha tocado prácticamente todos los estilos jazzísticos surgidos tras el bebop: hard bop, fusión, jazz modal, funk jazz, jazz electrónico, etc.; en 2005 publicó el disco Possibilities, en el que se aproxima también a la música de baile.
Se trata de una de las figuras que más opiniones encontradas suscita dentro del jazz contemporáneo. Es un artista inquieto estilísticamente que se ha dejado influir por casi todas las tendencias musicales de la segunda mitad del siglo XX. No obstante, el estilo pianístico y de teclado de Hancock son completamente suyos, con su propios rasgos armónicos urbanos y complejos, y sus ritmos particulares. Habiendo estudiado ingeniería, Hancock estuvo siempre perfectamente preparado para la era electrónica: fue uno de los primeros maestros en el piano eléctrico Rhodes y en el clavinet Hohner. En todo caso, el piano ha sido siempre su instrumento preferido.
Fue autor de dos de las composiciones jazzísticas más populares de la historia, "Watermelon Man", primer corte de su disco de debut Takin' Off (1962), que arrasó en las emisoras de rhythm and blues en la versión de Mongo Santamaría, y "Cantaloupe Island", que 32 años después de su creación tendría un gran éxito popular cuando el grupo de hip hop británico US3 la sampleó.
Hancock ha reconocido a Miles Davis como su músico preferido porque defendía el principio básico del jazz, que consiste en tocar el momento, no el pasado.
Aprendió a tocar el piano a la edad de siete años y pronto se convirtió en un prodigio, tocando como solista el primer movimiento de un concierto para piano de Wolfgang Amadeus Mozart a los once años con la Orquesta Sinfónica de Chicago. Tras estudiar en el Grinnell College (época en la que escucha a Oscar Peterson y Bill Evans), Hancock fue invitado en 1961 por su descubridor Donald Byrd a unirse a su grupo en Nueva York; más tarde, Blue Note le ofreció un contrato individual. En su álbum de debut, Takin' Off grabó la canción Watermelon Man (‘el hombre sandía’), que anteriormente había sido tocada por el gran percusionista Mongo Santamaría
En mayo de 1963, Miles Davis le pidió que se uniese a su banda para las sesiones de Seven Steps to Heaven; se quedó con él durante cinco años, lo que le hizo perder parte de su estilo en favor de una absorción de las directrices musicales de Davis (importancia del silencio y el espacio, concepto del tempo como algo esencial al jazz), quien incluso le sugirió pasarse al piano eléctrico Rhodes. Por su parte, Hancock aportó a la música de Davis un sonido amplio, audaz y a la vez agradable, con marcadas raíces en el blues. Durante esa época, su carrera en solitario con Blue Note siguió adelante, destacando con cuatro sofisticadas composiciones: Maiden Voyage (en su disco homónimo), Cantaloupe Island, Goodbye to Childhood y Speak Like a Child. Tocó también para el productor Creed Taylor y compuso la banda sonora para la película Blow Up de Michelangelo Antonioni, Empyrean Isles (1964), que le abrió las puertas a futuras colaboraciones con el mundo del cine.
Hancock participaría en In A Silent Way y Bitches Brew, discos originarios de la fusión jazz-rock.
Abandonó a Davis en 1968 y grabó un disco de funk, Fat Albert Rotunda; en 1969 formó un sexteto que causó sensación. Fuertemente empapado de la era electrónica, añadió a su piano eléctrico y a su clavinet el sintetizador de Patrick Gleeson, y las grabaciones se volvierón más complejas rítmicas y estructuralmente, creando su propia visión de la vanguardia.
Hacia 1970, añadió a su nombre, como otros muchos músicos de jazz, su nombre africano: Mwandishi. Disolvió su banda en 1973 y, tras estudiar budismo, decidió que su objetivo debía ser hacer feliz a su público.
El siguiente paso fue un grupo de funk cuyo primer disco, Head Hunters, se convirtió en el mayor éxito de ventas de jazz de la historia. En este disco se produjo la explosión de la fusión en su vertiente más funky y negra, un disco rítmico y muy bailable, lleno de alusiones a Sly Stone y James Brown, abundante en sintetizadores y sonidos eléctricos. Manejando todos los sintetizadores él mismo, Hancock grabó varios álbumes electrónicos. Sin embargo, en ningún momento abandonó el jazz acústico. Tras una fugaz reunión del Miles Davis Quintet de 1965 (Hancock, Ron Carter, Tony Williams, Wayne Shorter, con Freddie Hubbard en vez de Miles) en el Newport Jazz Festival de 1976, decidieron ir de gira al año siguiente como V.S.O.P. El rotundo éxito del gurpo provocó que Hancock se coronase como un gigante del piano, que la dirección post-bop que Miles había tomado a mediados de los sesenta no se perdiese y que se allanase el camino para el revival de los neo-tradicionalistas, algo que tuvo lugar en los ochenta con Wynton Marsalis. V.S.O.P. continuó reuniéndose esporádicamente hasta 1992.
Hancock continuó con su inquieta trayectoria en los ochenta: consigue un éxito en la MTV en 1983 con el sencillo de electro Rockit (acompañado de vídeo); se une al virtuoso de kora gambiana Foday Musa Suso, dando como fruto un disco en directo de 1986 Jazz Africa; sigue componiendo bandas sonoras para películas y tocando en festivales y giras con los hermanos Marsalis, con George Benson, con Michael Brecker y con muchos otros. Tras su álbum tecno-pop de 1988 Perfect Machine, Hancock abandonó la compañía Columbia (su sello desde 1973) y firmó un contrato con Qwest que se tradujo en pocos resultados artísticos, si se exceptúa A Tribute to Miles de 1992. Finalmente, se unió a PolyGram en 1994 para grabar jazz para Verve y realizar discos de pop para Mercury.
Su álbum River: The Joni Letters, con colaboraciones de Tina Turner y otras divas de la música, fue premiado con el Premio Grammy al Álbum del Año en 2008, hazaña inusual para una grabación de un género minoritario como el jazz.
En 2010 lanzó The imagine project, producido por Larry Klein y que incluye colaboraciones del cantante colombiano Juanes, el grupo Los Lobos, el saxofonista Wayne Shorter, la cantante estadounidense Pink, el británico Seal, la sitarista Anousha Shankar, y otros artistas



lunes

Esperanza Spalding


ESPERANZA SPALDING

La contrabajista, vocalista y compositora Esperanza Spalding no podía haber sido bautizada de un modo más apropiado, habida cuenta de las connotaciones de ese nombre en castellano. Dotada de un talento instrumental sorprendente, políglota, con una voz mitad angelical, mitad de sirena y una belleza natural que bordea lo hipnótico, esta niña prodigio y toda una profesional a sus 25 años podría ser la gran esperanza de futuro del jazz y de la música instrumental.
Spalding nació en 1984 y se crió en lo que ella misma denomina “el otro lado de la vía”, en un hogar y un barrio multilingües de Portland, Oregón. Educada en el seno de una familia mono parental y que no gozaba de una posición económica muy boyante, no tardó en aprender de su madre, una persona a la que todavía hoy tiene en un pedestal, un sinfín de lecciones de constancia y de rectitud moral.
Aun así, y a pesar de contar con una figura tan importante como la materna, los años en la escuela no fueron fáciles para Spalding, si bien no por falta de inteligencia. Esperanza poseía una capacidad intuitiva extraordinaria que no sólo era una bendición y una maldición al mismo tiempo, sino que hacía que chocara con los métodos tradicionales de enseñanza. De pequeña, además, se vio obligada a permanecer un largo período de tiempo en casa a causa de una enfermedad, de ahí que recibiera clases particulares durante buena parte de los años de escuela elemental. Con el tiempo, no supo adaptarse a los planteamientos de la escuela tradicional, y a la necesidad de aprender de memoria las lecciones.
“Me costó encajar en un entorno en el que de mí se esperaba que me sentara en un aula y me limitara a asimilar todo lo que me daban”, recuerda. “En cuanto descubrí lo que era estudiar en casa y ser autodidacta, me resultó imposible volver a un entorno tan tradicional como aquel.”
Con todo, lo que realmente llenó la vida de Spalding desde aquellos primeros años fue la música. Con 4 años, después de ver al violonchelista clásico Yo-Yo Ma tocar en un episodio de Mister Rogers’ Neighbourhood, a Spalding se le abrieron los ojos. “Ahí me di cuenta de que quería hacer algo que tuviera que ver con la música”, confiesa. “Gracias a aquello empecé a ver la música como una aventura creativa.”
En un año, había aprendido por su cuenta a tocar el violín lo suficiente para ganarse un puesto en la Sociedad de Música de Cámara de Oregón, una orquesta comunitaria abierta a músicos de todas las edades, con la que estuvo una década. Durante diez años tocó con el grupo y cuando tenía 15 años, ocupaba el puesto de concertino.
Por aquel entonces, sin embargo, también había descubierto el contrabajo, y todos los caminos que, lejos del universo clásico, le abría aquel instrumento. De repente, tocar música clásica en una orquesta comunitaria dejó de colmar las expectativas de la joven adolescente. Poco después estaba tocando blues, funk, hip-hop y mil y un estilos distintos en el circuito local de clubes: “Lo más divertido de aquella situación era que yo escribía los temas que tocábamos, pero no sabía qué era el amor. Y como quiera que yo era la letrista y la cantante, escribía sobre vagones rojos, sobre juguetes y sobre otros intereses infantiles. Nadie sabía de qué iban las letras que cantaba, pero les gustaba cómo sonaban aquellas canciones y se las tragaban.”
Con 16 años, Spalding dejó definitivamente el instituto. Provista del diploma acreditativo de su paso por la escuela secundaria y gracias a una generosa beca, se matriculó en un programa musical de la Universidad Estatal de Portland. “Era la contrabajista más joven de aquel curso”, afirma. “Tenía 16 años, y hacía un año y medio que tocaba el contrabajo. La mayoría de los chicos del programa llevaban al menos ocho años de estudios a sus espaldas, y yo había estado en orquestas e intentando tocar las suites para violonchelo de Bach. Mis interpretaciones no eran sensacionales, pero al menos servían para que los profesores dijeran: “Bueno, tiene talento””.
El Berklee College of Music fue el lugar donde encajaron todas las piezas y donde empezaron a abrírsele las puertas. Después de trasladarse a la costa este y, tras tres frenéticos años de estudios, Spalding no sólo consiguió graduarse, sino que fue contratada como profesora en 2005, con 20 años, convirtiéndose así en la docente más joven de la facultad en toda la historia del centro. En 2005 fue galardonada con la prestigiosa beca de la Boston Jazz Society por su extraordinario talento.
Además del tiempo dedicado al estudio y a la docencia, los años pasados en Berklee le han servido para tejer una fecunda red de contactos con artistas de renombre como el pianista Michel Camilo, el vibrafonista Dave Samuels, el bajista Stanley Clarke, el guitarrista Pat Metheny, la cantante Patti Austin y los saxofonistas Donald Harrison y Joe Lovano. “Trabajar con Joe fue sensacional”, recuerda, “porque es una persona muy generosa. Yo no estaba del todo convencida de que estuviera preparada para tocar con él, pero él tenía una fe en mí absoluta. Fue una experiencia maravillosa y de la que aprendí muchas cosas”.
La carrera en solitario de Spalding se inició en mayo de 2008 con el lanzamiento de Esperanza, su debut discográfico para Heads Up International, una división de Concord Music Group, un disco que acabaría convirtiéndose en el más vendido de un artista de jazz novel en 2008 a escala internacional. Aquel lanzamiento, unánimemente aplaudido, sirvió para que el público de todo el planeta descubriera el fascinante talento de Spalding como instrumentista, vocalista y compositora. The New York Times no escatimó elogios: “Mucho es lo que ofrece Esperanza: una improvisación jazzística solvente, una pizca de funk, scat, ritmos brasileños vernáculos y letras cantadas en inglés, portugués y español. Y todo ello, alrededor de una contrabajista, cantante y líder de un talento incuestionable”.
Poco después de aparecer en el mercado, Esperanza escaló hasta los primeros puestos de la lista de “Jazz contemporáneo” de Billboard, entre los que se mantuvo durante más de 70 semanas. Spalding alternó apariciones en The Late Show con David Letterman, Jimmy Kimmel Live, The CBS Saturday Early Show, The Tavis Smiley Show, Austin City Limits y National Public Radio. Asimismo, actuó en dos ocasiones en la Casa Blanca, participó en una campaña de la marca Banana Republic, se alzó con el premio de la Jazz Journalists Association a la Artista Emergente del Año en 2009, ganó el premio JazzWeek al mejor disco del año y actuó en un buen número de festivales de renombre, como el Central Park SummerStage neoyorquino o el Festival de Jazz de Newport. En 2009, Spalding recibió la invitación del presidente Obama para actuar en la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz en Oslo, Noruega, y en el Concierto del Premio Nobel de la Paz.
Además de actuar con su propio grupo, Esperanza ha girado con Joe Lovano y también con el pianista McCoy Tyner.
A principios de 2010, el New Yorker dedicó un amplio reportaje a Spalding, y también apareció en las páginas del número de mayo de 2010 de O, The Oprah Magazine, bajo el título “Mujeres en Auge” (un reportaje de moda que retrataba a diez mujeres que estaban marcando la diferencia en distintos ámbitos). Este mismo año, la intérprete ha vuelto a ser nominada por la Jazz Journalists Association en la categoría de “Artista Emergente del Año”.
Si Esperanza supuso un inicio brillante para esta talentosa artista joven, el nuevo trabajo de Spalding, Chamber Music Society, que vió la luz en agosto de 2010, da un nuevo impulso a su trayectoria ascendente. Motivada por la formación clásica de sus años de adolescencia, Spalding ha creado un grupo de música de cámara moderna que combina la espontaneidad y el misterio que rodea a la improvisación con unos arreglos para trío de cuerdas melodiosos y ágiles. Fruto de esta mezcla es un sonido que combina los elementos más innovadores del jazz, el folk y la world music con los sólidos cimientos de la tradición de la música de cámara. Coproducido por Esperanza y Gil Goldstein (ambos firman los arreglos de cuerda), en Chamber Music Society Esperanza se rodea de un amplio abanico de músicos: el pianista Leo Genovese, la baterista Terri Lyne Carrington, el percusionista Quintino Cinalli, el guitarrista Ricardo Vogt y los vocalistas Gretchen Parlato y el legendario Milton Nascimento. El trío de cuerda lo forman el violinista Entcho Todorov, la viola de Lois Martin y el violonchelo de David Eggar

Visiten   http://www.montuno.com/
http://www.esperanzaspalding.com/

Nota de Kolor:
Que Grande Chamber Music Society !!!!  siempre sorprendiendo al oyente y que bueno lo de nuestro Quintino tocando con esta maravilla de artista. Un elenco formidable para un disco formidable.
Recomendado especialmente... para disfrutar de punta a punta!

miércoles

Erik Truffaz, el alquimista del jazz

Erik Truffaz

A los 6 años ya leía partituras, a los 7 ya tocaba su primer instrumento, a los once escucha la obra maestra de Deep Purple, Machine head, a los 13 descubre a Miles Davis y a los 14 al cineasta sueco Ingmar Bergman. Con esto, parece claro que Érik Truffaz estaba destinado a convertirse en una estrella de la música. Esta precocidad es propia de grandes artistas. Es comparado frecuentemente con Miles Davis, algo lógico, no sólo por lo obvio, el que ambos interpreten el mismo instrumento, la trompeta, sino porque ambos han contribuido a la evolución del jazz, ambos han buscado nuevas formas de expresión para el jazz, fusionándolo acertadamente con nuevos estilos. Érik Truffaz es uno de los artistas clave de nu-jazz, dado que su música se construye a partir de la improvisación, y mediante la fusión de jazz y electrónica.

Truffaz, sin embargo, ha ido más lejos, fusionando, como ya hizo el legendario Miles Davis, el jazz con el rock, pero además con el hip-hop y el drum and bass. Gracias a esta acertada y compleja mezcla se ha ganado la etiqueta de artista rompedor y vanguardista. El trompetista francés, nacido en 1960, hijo de un saxofonista, se interesó pronto por la música. Su padre le enseñó a leer partituras y él empezó, a los siete años, a sacar de oído las melodías que escuchaba en la radio. Con ocho años debuta en la orquesta de su padre, interpretando temas franceses de “variété”. Esta música no resulta muy estimulante para el joven, que, afortunadamente, descubre, a la edad de once años, un vinilo que cambia su concepción musical. Se trata del gran disco de la banda de rock Deep Purple, Machine Head. Nunca había escuchado nada parecido, pero sintió que esta música le tocaba mucho más que la francesa que sonaba en la radio. Probablemente, de este primer acercamiento a la música rock le viene su deseo adolescente de liderar una banda de rock. En 1973, con 13 años, forma su primer grupo y descubre el Kind Of Blue de Miles Davis, vinilo que escucha mientras improvisa. Dos años después escucha en la radio el Festival de jazz de Montreux. Estos dos hechos determinan su amor por la trompeta y por el jazz respectivamente.

Con 16 años abandona el colegio para dedicarse enteramente a la música, interesándose por la música de Satie (que le ha influenciado, ya que Satie componía piezas minimalista, y Truffaz crea atmósferas a partir de un mínimo de notas) , Ravel y Débussi. Con 20 años forma un grupo con Marc Erbetta (actual compañero en el Erik Trufazz Quartet), interpretando una música que fusiona jazz y funk. Tienen éxito y comienzan una gira. Varios años más tarde forma parte del grupo Cruzeiro de sul, con el que graba tres álbumes para Arriola. En 1990, Erik Truffaz atraviesa la crisis de los 30. Hace balance, mira hacia el futuro (algo que musicalmente no ha dejado de hacer), y toma la firme decisión de formar un grupo con el que poder expresar su concepción del jazz. Para esto, llama a Marc Erbetta, a Marcello Giulliani (bajista), a Pierre Luc Vallet (piano) y a Maurice Magnoni (saxo). Con ellos se va de gira por todos los rincones del mundo, para, una vez de regreso a Francia, inscribirse para el concurso de la “Défense de la ville de Paris”, en 1993, en el que obtienen el premio especial del jurado. Un año después, Marcello Giuliani y él se van de gira con el grupo de rap Silent Majority. La cultura hip-hop resulta apasionante para trompetista francés, así como el entusiasmo del público. Esto será decisivo en su creación musical.


El debut discográfico de Erik Truffaz se produce en 1994, al grabar, con el grupo Orange, del álbum Nina Valeria. Un notable trabajo que presagiaba la maestría del francés. Un año después se produce un hecho crucial en la carrera discográfica del francés: a la salida de un concierto, se le presenta un joven, Habib Achour, al que había dado clases de piano hacía 15 años y al que no veía desde entonces. Achour trabajaba para EMI, y le propuso escuchar su próxima grabación con el objetivo de presentarla a la EMI. Tras un año y tras formar un cuarteto (Patrick Muller se une a la banda, formada por Truffaz, Erbetta y Giuliani) graban Out of dream (el más jazzístico de sus álbumes), álbum que les abre las puertas del sello Blue Note, que ha decidido ampliar su nómina de artistas. Se convierten en el primer grupo francés que firma por este mítico sello. Con el sello EMI France graba otros dos discos: The Dawn, en 1997, una acertada fusión de jazz, hip-hop y drum and bass, y Bending new corners, más pulido que el anterior (pero con la fusión de los tres mismos estilos), con el que tiene un gran éxito por todo el mundo, vendiendo más de cien mil unidades.

Su presentación a la audiencia estadounidense llega con The Mask, en el año 2000, una compilación de sus dos anteriores álbumes. Pero su afianzamiento llega con Érik Truffaz Revisité, un álbum en el que diversos artistas reinterpretan los estándares del trompetista francés. Intervienen grupos y artistas como Mobile in motion, Pierre Audetat, Pierre Henry o Bugge Wesseltoft. Temas reinterpretados en clave electrónica, hip-hop o nu-jazz. En el 2002 se edita Mantis, un notable álbum grabado con la recientemente creada banda Ladyland, con Manu Codjia (el genial guitarrista), Michel Bénita y Philippe García, con la voz de Mounir Troudi en Featured. Un álbum que aúna jazz e influencias arábigas y que fue un gran éxito de crítica. The Walk Of The Giant Turttle, editado en el 2003, es un nuevo trabajo del Érik Truffaz Quartett. Tres horas de improvisación establecen el material a desarrollar para el próximo álbum (la autoría de los temas se atribuye a los cuatro miembros de la banda). El material es pulido durante sesiones de trabajo tres días al mes, hasta Diciembre. En Enero, el álbum se graba en el estudio Davou. El resultado es un magistral larga duración que fusiona jazz y rock. En febrero del 2005 llegas a las tiendas Saloua, un magnífico álbum, tan magistral como el anterior, en el que sintetiza todos los estilos que ha manejado en trabajos anteriores. Se escucha jazz, jazz-rap, drum and bass, jazz-rock, dub, reagge, etno-jazz..., además de un importante uso de samples. En el 2006 edita Face À Face, un doble CD con dos de sus directos, y en Marzo del 2007 Arkhangelsk, su octavo álbum de estudio. El 3 de Noviembre del 2008, Blue Note presenta hasta cuatro novedades de Erik Truffaz. Se trata de la trilogía denominada “Rendez-vous” (citas), una serie que se compone de los álbumes Benares, con Indrani Mukherjee, Apurba Mukherjee y Malcolm Braff, Mexico, con Murcof, y Paris, con Sly Johnson. Además, se edita un box-set que los recopila todos: Rendez-Vous

martes

Pat Martino-Think Tank (2003)




La guitarra bebop no es un estilo que haga mucho esfuerzo para encontrar al público contemporáneo a mitad de camino. Oir una puesta por John Scofield, por ejemplo, y su jazz directo y su credenciales bop compartirán la escena con unas dramáticamente accesibles cualidades sacadas del funk y el blues: Hendrix trabajando junto a Jim Hall. Pat Metheny, por toda su velocidad e imaginación es como un hilandero de melodías espontáneas, a menudo se queda cerca de las familiares canciones pop. Pero Pat Martino, el músico de Filadelfia, que una vez zapó con la tardía leyenda de guitarra Wes Montgomery, es un clásico guitarrista bebop de dedos atléticos: su sonido es suave y ronrroneador, con líneas intrincadas y lineales, y evita adoptar hipérboles o una postura de héroe guitarrista.



Pero si Martino parece encajar perfectamente en el molde que también formó a los incontables practicantes de su instrumento que trabajaron entre finales de los años '40 y principios de los años '60, él siempre estaba un paso por encima de todo, pero además mejor que ellos. En esta poderosa puesta -un camino muy largo para ser el álbum de un pulido guitarrista- la precisión serena de su ejecución también está magníficamente complementada por los estilos que contrastan de sus compañeros hábilmente escogidos. Esto es probablemente el mejor trabajo grabado de Martino desde su asombrosa reaparición después de años de inacción, cuando le obligaron a aprender de nuevo la guitarra desde el principio, después de que un aneurisma cerebral apagó en su memoria que alguna vez había estudiado el instrumento.



El denso Martino, aún en las líneas suavemente golpeadas expresivamente, es equilibrado por el saxofonista Joe Lovano más familiar e indiferentemente tímido, a menudo sugiere a un hombre medio movido a confesarse, pero pensándolo mejor. Lewis Nash en batería y Christian McBride en bajo, proporcionan una sección rítmica ferozmente golpeadora; con golpes limpios, Nash siempre apropiado y volcánico, de manera irregular le da una magistral performance. Pero la virtud más inesperada del álbum es la presencia de Gonzalo Rubalcaba en piano. No sería una exageración decir que la ejecución del cubano está con frecuencia en la categoría de Keith Jarrett para la invención melódica. Rubalcaba constantemente establece nuevos puntos de partida dentro de los solos, en los cuales él lanza ideas frescas en ángulos cerrados a la armonía y a las frases de los que lo precedieron.



El repertorio mezcla cuatro originales de Martino de primera clase, con temas de John Coltrane, Harold Mabern y otros -y, para un cambio sobre una puesta como esta, el ritmo baladístico es tan convincente como el swing estándar. Los altos sonidos de dolor de Martino y el tono encendido contra el extraño timing de apoyo de Rubalcaba en el lento "Sun on My Hands" casi justifican todo el álbum.



Fuente para la reseña: John Fordham para http://www.guardian.co.uk - Traducción: La Bestia Políglota





01. Phineas Trane (Mabern) (6:40)

02. Think Tank (Martino) (12:09)

03. Dozen Down (Martino) (7:56)

04. Sun on My Hands (Ridl) (9:19)

05. Africa (Coltrane) (11:44)

06. Quatessence (Martino) (9:59)

07. Before You Ask (Martino) (6:53)

08. Earthlings (Ford) (5:33)



Artistas



Pat Martino: Guitar, Producer, Cover Art

Gonzalo Rubalcaba: Piano

Christian McBride: Bass

Lewis Nash: Drums

Joe Lovano: Sax (Tenor)

Béla Fleck: Liner Notes


Christian McBride

Christian McBride

Es un bajista de Jazz Americano. Su padre, Lee Smith y su tío abuelo, Howard Cooper, bajistas de Filadelfia reconocidos, fueron mentores de Mc Bride en sus etapas tempranas. En la última década ha sido considerado uno de los más influyentes músicos en el jazz. Además es uno de los que más ha grabado en los últimos 20 años.

Biografia

McBride ha tocado y grabado con una gran cantidad de leyendas del jazz y ensambles, incluyendo Freddie Hubbard, Joe Henderson, McCoy Tyner, Herbie Hancock, Pat Metheny, Diana Krall, Roy Haynes, Chick Corea, John McLaughlin, Wynton Marsalis, Joshua Redman, y Ray Brown's "Superbass" with John Clayton, asi como también con musicos de hip hop, pop, soul, y clásico como The Roots[1], Kathleen Battle, Carly Simon, Sting, Bruce Hornsby, and James Brown.

Desde el año 2000, McBride, llevado adelante su propio ensamble de acústico, jazz, fusión y funk. La Christian McBride Band, según el escritor Aland Leeds, es una de las bandas mas intoxicantes y menos predecibles de la escena actual. En ocasiones toca bajo el nombre: La Situación Christian Mc Bride. Una forma que tiene él de llamar un arreglo pasajero de músicos con los que simpatiza, de acuerdo con lo que escribe Nate Chinen.



Mc Bride, toca principalemente el Upright Bass, (doble bajo, contrabajo, bajo de cuerdas: es el más grande en tamaño y de tono más bajo), pero es igualmente adepto al bajo eléctrico. Durante su estadía con Sting, toco el bajo para el proyecto colaborativo El Experimento Filadelfia, que incluyó al tecladista Uri Crane, el baterista de hip hop Ahmir "Questlove" Thompson. Proyectos mas recientes han incluido tours y grabaciones con Pat Metheny Trio, el Bruce Hornsby Trio, y Queen Latifah. Su Life at Tonic, set de 3 cds, fue lanzado en 2006.

En 2006 lo nombraron para el Creative Chair for Jazz, con la Filarmónica de Los Angeles, tomando el lugar de Dianne Reeves. Inicialmente firmó un contrato de dos años, que fué renovado por dos más. Eventualmente fué sucedido por Herbie Hancock en el 2010.



McBride tocó con Sonny Rollins y Roy Haynes en el Carnegie Hall en Septiembre 18, 2007, en conmemoración del 50 aniversario de su primer presentación en ese lugar.

También es codirector del Museo Nacional de Jazz de Harlem.

Actualmente esta de gira con un straight-ahead (estilo de jazz muy aceptado, que reúne, en terminos no muy definidos, un período que va desde el bebop hasta el jazz de los 60) quinteto llamado "Christian McBride & Inside Straight", presentando al saxofonista alto/soprano Steve Wilson, el vibraphonista Warren Wolf, el pianista Peter Martin, y el baterista Carl Allen. También tocando como la Christian McBride Situation con el saxofonista Ron Blake, el guitarrista David Gilmore & turntablist (scratch) DJ Logic.

En 2008, McBride se unió a John McLaughlin, Chick Corea, Kenny Garrett y Vinnie Colaiuta en un supergrupo de fusión de jazz llamado Five Peace Band. (la banda de los cinco ritmos). Lanzaron un CD en Febrero de 2009 completaron un tour mundial en mayo del mismo año, Brian Blade tomó el lugar de Vinnie como baterista en Asia y algunos conciertos de USA.



 

Geri Allen

Geri Allen es una de las grandes pianistas de jazz de finales del siglo XX y tiene todo a su favor para ser, en este incipiente Siglo XXI, una de las grandes referencias del jazz. Miembro del colectivo musical "M-Base", en 1994 ingresó en el cuarteto de Ornette Coleman siendo la primera pianista que Ornette contrató en más de treinta años. Los programadores del Jazz at Lincoln Center le encargaron la obra: "Sister Leola, An American Portrait" todo un compendio musical moderno, brillante y creativo. A pesar de su juventud, posee ya una amplia discografía en Blue Note y Verve, de la que cabe destacar por su extraordinaria calidad, el álbum: "Maroons" (Blue Note, 1992)




Escuchar a esta pianista de jazz es descubrir el verdadero significado del arte en el piano de jazz. Con una capacidad técnica asombrosa, Geri Allen se ha ganado a pulso la consideración de ser una de las grandes pianistas del jazz contemporáneo. Además lo ha hecho en muy poco tiempo. Su impronta ha impactado en este difícil terreno donde las mujeres instrumentistas son una inmensa minoría. A sus cuarenta y pocos años, Geri Allen ya puede presumir de haber tocado con la flor y nata de los músicos en los géneros más diversos y ha mantenido una carrera intachable creciendo cada año. Geri Allen además está en su mejor momento de madurez. En 2003 se presentó en Madrid con el que entonces era su habitual formato de trío, junto a los hermanos Johnson (Billy al bajo y Mark a la batería), y dejó anonadado a un público que llenaba hasta la bandera el recinto. Lo mejor de todo es que ninguno de los tres tuvo que hacer nada fuera de tono o recurrir al guiño populachero: les bastó con tocar jazz de calidad a un altísimo nivel. Geri Allen, lo mismo asume tocar en formato pequeño con un criterio muy formado de lo que es el trío, o lo hace a piano solo y entonces el lirismo de su música lo impregna todo. Y lo importante es que lo hace acumulando un derroche de swing inagotable.

Jerry González

Jerry González, nació en 1949 en el barrio del Bronx de la ciudad de Nueva York. El creció con la música afro-cubana y el jazz, que dejaron un impacto profundo en su apreciación musical, y moldearon su trabajo futuro como artista. Cuando joven, González escuchaba los álbumes de jazz de su padre de músicos como: Louis Armstrong, Charlie Parker o Miles Davis. Mientras estudiaba en la escuela intermedia, comenzó a tocar la trompeta y luego las congas. González completó sus estudios formales en el New York College of Music y la New York University. Fundador del Grupo Folclórico y Experimental Neoyorquino, González ha profundizado en los orígenes afrocubanos de su música y en el jazz, apartándose así de la tendencia mayoritaria de las formaciones latinas de New York, dedicadas principalmente a la salsa en los años setenta.

Legendarios artistas latinos como Mongo Santamaría, Tito Puente o Eddie Palmieri, sirvieron de fuentes importantes de inspiración musical para el. El siempre dice que "..el espíritu de nuestra madre África viajó al Caribe, Sudamérica, Norteamérica y…nuestra música es un reflejo de nuestra experiencia en la ciudad de Nueva York y nuestra concienciación de las raíces culturales". Conocido como percusionista, González comenzó su carrera artística como conguero y trompetista en 1970, interpretando su propio estilo de de jazz latino con el internacionalmente famoso Dizzy Gillespie. Con el respaldo y apoyo del maestro Gillespie, González pudo lograr fundir el ritmo básico africano a los elementos de jazz sin comprometer la esencia de ninguno de los dos. El año siguiente, González se unió a la banda de Eddie Palmieri, "El Son" por un periodo breve antes de moverse a trabajar con el "Conjunto Libre", la banda dirigida por el gran timbalista, Manny Oquendo.

Inevitablemente, el talento de González lo llevó a formar su propia banda. Su iniciativa fue tomada al final de los años 1970, con una banda llamada "Ya Yo Me Cure" y lanzó un álbum con el mismo nombre en 1979. Sin duda, su verdadero talento afloró con su segunda banda: "Jerry González and the Fort Apache Band" , un territorio de encuentro y de mestizaje en el que las tradiciones latinas y del jazz se codean con absoluta normalidad. Junto a su hermano Andy, crearon una de las propuestas mas sugerentes que han aparecido en el jazz en los últimos años. Los dos primeros álbumes de la banda fueron grabados en vivo en conciertos Europeos. Estos fueron seguidos por su álbum que fue un gran éxito: "Rumba para Monk" en 1989, ganando el reconocimiento de la "Academie du Jazz" francesa con el premio "Jazz Record of the Year".

González y la banda subsiguientemente lanzaron Moliendo Café en 1991. El álbum una vez más demostró la calidad del grupo para tocar jazz inspirado en la música latina con genuina sensibilidad y virtuosidad. Poco después siguieron otros dos álbumes magníficos: Crossroad en 1994 y Pensativo en 1995. Ambos ganaron una nominación a los Premios Grammy. González y su Fort Apache Band, también ganaron críticas muy favorable por su contribución al video documental sobre el jazz latino, "Calle 54", dirigido por el cineasta, Fernando Trueba. El trabajo también incluyó interpretaciones de famosos artistas cubanos y latinos incluyendo a Tito Puente, Paquito D'Rivera, Machito, Danilo Pérez, Chucho Valdés o Ray Barretto. En el escenario del jazz, Jerry González viene colaborando con estrellas tan reconocidas como George Benson, Kenny Dorham, Anthony Braxton, McCoy Tyner, o Tony Williams.